Dedicó su vida a la educación y la promoción de las actividades deportivas, impulsó la formación de equipos de baloncesto en diferentes comunidades del país. Obtuvo su título de maestra normal en 1917 y,  a  partir de 1931, laboró de profesora en el Colegio Superior de Señoritas. Debido a su entusiasmo, se constituyeron equipos de recordada trayectoria como el Independiente, el Colegio Superior, el Salvador Umaña, el Claudio Cortés y  La Libertad.  Este último representativo ha sido considerado uno de los que mejor desempeño tuvo a lo largo de la historia del baloncesto femenino costarricense, pues ganó en forma invicta los campeonatos entre 1937 y 1940, y además, compitió a nivel internacional en Nicaragua, y en 1938 en  los Juegos Centroamericanos en la ciudad de Panamá como Selección Nacional. Una vez jubilada, continuó prestando sus servicios profesionales en el campo de la educación física en diversas instituciones privadas de educación secundaria. Desde 1977 forma  parte de la Galería Costarricense del Deporte.