Su teatro propone diversos temas, desde la reflexión acerca de la libertad humana hasta la denuncia social. Recurre para ellos a tópicos consagrados de este arte, como el teatro en el teatro y el mundo como escenario. En su narrativa, cuestiona determinados comportamientos sociales e indaga críticamente en la historia y la identidad del costarricense, a al vez que ensaya con técnicas novedosas. La utilización  acertada de la oposición entre realidad y apariencia le sirve para llevar a cabo esta crítica social. Se destaca entre nuestros escritores como uno de sus más conspicuos exponentes, ganador de Premio Aquileo J. Echeverría en la rama de cuento con su libro La hora de los vencidos, y como autor de obras para teatro es figura de primera línea. Un modelo para Rosaura obtuvo en 1974 el Premio Editorial Costa Rica de Teatro, Las Fisgonas de Paso Ancho, estrenada con buen suceso en 1971 y muchas veces presentada, abrió en el género teatral de Costa Rica una puerta de espléndidas posibilidades: lo popular citadino en tono auténticamente nuestro.

            Rovinski, ingeniero civil de profesión de la Universidad Autónoma de México, se ha singularizado por su capacidad para armonizar labores de empresario constructor y tesonera tarea literaria y de autor dramático. Esta, su vocación por las letras, ha sido la imperiosa: en la actualidad, luego de una larga permanencia de experiencias y estudios en Francia, está por entero dedicado  a escribir. Otras obras teatrales suyas (Gobierno de alcoba y El laberinto se han presentado en el Teatro Nacional, y La Atlántida, en tres actos y un prólogo, aún inédita, obtuvo mención honorífica en los Juegos Florales Centroamericanos de Guatemala, en 1960.