Presidente de la República de 1890 a 1894, abogado de profesión, presidió la Corte Suprema de Justicia en dos oportunidades. Perteneciente al Partido Católico, durante su gestión dio un tono de reconciliación y concesiones al clero en materia de enseñanza religiosa en las escuelas.  Firmó los contratos para establecer el primer servicio telefónico, comenzó la construcción del Teatro Nacional y fortaleció los colegios de segunda enseñanza abiertos por Bernardo Soto. Disolvió el Congreso mediante un decreto, pidió nuevas elecciones que no se produjeron y encarceló a varios diputados y periodistas de oposición.