Nacido en Estados Unidos, mostró gran interés en la tecnología precolombina de los antepasados de Costa Rica y América Central. Creyó en la utilidad de estudiar colecciones estatales y particulares como herramientas de investigación y anticipó el estudio comparativo entre las esculturas líticas de gran tamaño con sus concentraciones más densas alrededor de los lagos de Nicaragua y los colgantes de jade con su concentración más densa en el norte de Costa Rica. También señaló la distintiva posición de Costa Rica y de Nicaragua en el Nuevo Mundo como puente cultural entre Mesoamérica y América del Sur. Se interesó asimismo en la utilización de las crónicas españolas para la interpretación del registro arqueológico, con gran  dominio de los documentos relativos a Centroamérica, los utilizó cuidadosa y exitosamente en casi todas sus siguientes publicaciones. Su obra La cerámica de Costa Rica y Nicaragua reúne un conjunto de materiales en los que intentó el trazo de las distribuciones geográficas de cada forma, pese a las limitaciones de esa época.