Forjadora de una escuela
de la acuarela en Costa Rica, con la incorporación de un tipo de paisaje nuevo en
la pintura, de gran lirismo y momentos de íntima comunicación con la naturaleza.
Nacida en San José, fue también profesora de danza, escenografía y vestuario. Sus primeros estudios artísticos los hizo con el pintor Fausto Pacheco.
De once años viajó a La Habana, Cuba, donde estudió entre 1926-1929 en la
Academia San Alejandro y con el profesor español, pintor y arquitecto Rafael
Lillo y Fóraster. A partir de 1930 se dedicó también a
la danza, el diseño de vestuarios y escenografías. Instaló su propio taller en 1938 y continuó creando
vestuarios y escenografías para los ballets del maestro Yavorsky.
En 1940 trabajó en Bogotá, Colombia, con un grupo de ballet asignado por el
Gobierno de la ciudad; allí presenta el
ballet "El Cascanueces". En Costa Rica enseñó ballet en la escuela de Margarita
Esquivel, y diseñó vestuarios y escenografías. Enseñó en la Escuela de Artes
Plásticas de la
Universidad de Costa Rica, en 1942, invitada por su decano, Teodorico
Quirós. En sus clases de dibujo sustituyó las figuras de yeso por el modelo al
natural y el estudio al aire libre, para lograr un contacto directo con la luz,
el color y las gentes del ambiente.
En 1946 empezó a experimentar, junto con Francisco
Amighetti, la técnica al fresco; hacia 1952 mostraba una pintura calificada de
abstracta, con la utilización de elementos primarios y el geometrismo. Producto
de esas innovaciones son varios murales en espacios públicos: tres murales para
el Colegio Saint Francis en 1954 ("Un
ángel entrega a San Francisco un mensaje","San Francisco
recibiendo los estigmas" y "San Francisco entrega un mensaje a los monjes"), tres
murales para el edificio de la tienda La dama elegante "Mujer que emerge de las aguas", "Motivo de ballet" y "Reinas de la
noche", 1956) y uno de 1960, "Madre soltera", en el edificio de la Maternidad Carit,
destruido por comentarios desfavorables.
En la siguiente década, se trasladó a vivir en Golfito,
donde realizó una serie de acuarelas llenas de luz y una atmósfera muy diferente
de las marinas de Costa Rica, con una sensación de humedad en los elementos
naturales.
Las pinturas que llevó a cabo en los siguientes años,
logran transparencias que imprimen una atmósfera casi sensual al adobe: por
ejemplo, sus "interiores", que corresponden a estados del alma y anhelos de paz.
"Al pintar soy yo misma; me son indiferentes las escuelas pictóricas
(...) frente a la grandeza de la naturaleza siento la libertad, la
independencia y la intuición propios al sentimiento artístico sin cadenas o
compromisos extra-estéticos que tienden a fortalecer lo impersonal y a destruir
la aristocracia de la mente, base de toda actividad humana profunda y
duradera",Margarita Bertheau.