Presentación
"La
crónica periodística es, en esencia, una información interpretativa y
valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde se narra algo
al propio tiempo que se juzga lo narrado"
-Martín
Vivaldi
El entusiasmo del costarricense por el deporte se
remonta a mediados del siglo XIX. Según expone el historiador Chester Urbina
Gaitán, tanto la burguesía nacional como algunos elementos foráneos radicados
en el país, no solo estaban familiarizados con estas actividades, sino que las
practicaban con frecuencia.
Dicho interés surge como consecuencia de los intercambios
comerciales de Costa Rica con el resto del mundo, en particular con Europa. El deporte
se va incorporando dentro de un contexto general de diversiones, cuya práctica
social hace que surja una división con respecto a los sectores que las ejecutan.
Muchas de las disciplinas eran exclusivas de las
clases media y alta, pues solo las personas relativamente acomodadas podían
practicarlas; para el resto de la población lo que quedaba era seguir los
resultados de las competencias a través de las páginas de la prensa, que
cumplía un papel esencial a la hora de informar acerca del horario, el lugar y
la fecha de la realización de las competencias de las distintas disciplinas
deportivas existentes.
A partir del surgimiento del fútbol, el deporte comienza
a perder su carácter clasista, porque el elemento subalterno empieza a tomar participación
en su práctica, dejando de ser un espectador pasivo. Una de las primeras notas
publicadas sobre este deporte es con motivo de un partido en La Sabana.
"El domingo estuvimos presenciando [el juego de Foot-Ball] en la Sabana, formado por personas de nuestra
culta sociedad. Nos parece la distracción bastante higiénica y algo divertida.
¡Very Well!".
-La Opinión, martes 4 de julio de 1899
El fútbol es un deporte que puede practicarse en
cualquier parte. Ni siquiera es necesario contar con un balón de cuero; con una
pelota de trapo y dos piedras haciendo de portería es suficiente para disfrutar
del juego. Esta facilidad para su práctica, también conlleva las primeras críticas.
"Bueno y conveniente es el juego de pelotas para
los niños porque ello, más que nada, desarrolla la musculatura y da vida al
organismo. Pero debiera buscarse para esos juegos ciertos lugares como las plazas
o La Sabana, y no las calles públicas en donde siempre hay transeúntes. Sabemos
que el martes hubo varias personas que fueron golpeadas por las bolas. Eso debe
de corregirlo la policía".
-La Prensa libre, jueves 6 de julio de 1899
A pesar de las críticas, los continuos partidos de
fútbol no sólo provocan una gran admiración entre los espectadores, sino que
también generan una preocupación en la prensa, que entiende existe un mercado,
cada vez más creciente, para las informaciones deportivas. Es así como surgen
las secciones de deportes y hasta los suplementos. Hoy, los
medios de comunicación son, en gran medida, los culpables del éxito, en
ocasiones abrumador, que cosechan las prácticas y los practicantes deportivos.
Son estos medios y sus cronistas los que modulan el discurso deportivo, los que
crean el relato épico o lírico que se transmite a los lectores, los que planean
la agenda, los que seleccionan y promocionan a los ídolos y los que, en
definitiva, generan los hábitos de consumo que abrazan los aficionados y el
público.
La presente disertación no pretende profundizar en
el desarrollo de la crónica deportiva en nuestro país; es apenas una muestra de
su evolución en el marco del Bicentenario de la República de Costa Rica; es un
vistazo que coincide con los últimos cien años en los que el periodismo
deportivo ha experimentado su mayor desarrollo, al lado del fútbol.
Pasamos de las pequeñas notas de las principales
actividades deportivas en las décadas del 20 y 30 a las amplias crónicas de los
años siguientes; de las páginas repletas de texto a las magníficas gráficas de
los pioneros de la fotografía deportiva.
Algunas de estas páginas marcan acontecimientos de
gran importancia e hitos deportivos. Su elección es sólo una propuesta, más
bien una invitación a los nuevos investigadores, historiadores y al público a
acercarse a la Biblioteca Nacional a profundizar en un tema sencillo y
apasionante: el periodismo deportivo.
Hoy, el deporte se ha consolidado como un fenómeno
de naturaleza global, fundamentalmente por el alcance y el seguimiento de las
retransmisiones televisivas y, más recientemente, como consecuencia del
desarrollo imparable del nuevo entorno de las plataformas universales de
producción de contenidos.
El periodismo deportivo no es ajeno al complejo
proceso de cambios y de reestructuración al que están sometidos los medios de
comunicación, los cuales se han ido adaptando a la continua evolución del
mercado para no dejar de ser competitivos. La reconversión hacia lo digital ha
traído consigo la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas aplicadas a
las tareas periodísticas y, como consecuencia de ello, una transición hacia
nuevos perfiles profesionales, que, además de contar noticias, han de poseer
competencias adicionales en otras labores como programación, fotoperiodismo e
infografía.
De todos los géneros periodísticos, la crónica es
la que atraviesa su momento más complicado en los medios de comunicación
nacional. Basta con revisar su decreciente extensión, directamente vinculada al
avance de las nuevas tecnologías y tendencias periodísticas en Internet. Ha
perdido peso informativo porque los lectores ya no van al papel a buscar la
información del partido del día anterior, bien porque lo pueden hacer en la
página web de los diarios nada más acaba, o porque tienen a su alcance
herramientas digitales que posibilitan la visión de partidos o resúmenes. Hoy, principalmente
en el fútbol, tienen mayor peso las declaraciones de los jugadores y
entrenadores, análisis arbitral, táctico o columnas de opinión, que la crónica
en sí.
Hagamos, entonces, el recorrido textual y
fotográfico en esta reseña, con el ánimo de recrear en la memoria las épocas
del periódico de planas que se leía al día siguiente, acervo de letras e
imágenes vivas que se conservan en la Hemeroteca de La Biblioteca Nacional.
Recordemos, el pregonero deslizaba el ejemplar
debajo de cada puerta o lo ofrecía al transeúnte. Este, hurgaba presuroso en su
bolsillo y pagaba el diario que disfrutaba rumbo al trabajo, a hurtadillas en
la oficina, o instalado en su sillón al final de la jornada para esperar, con
el sol del nuevo día, la ilusión de volver sobre un ritual antiguo. Tiempos de
linotipia y rotativa. El papel olía a pan fresco y el lector consumía, en ríos
de tinta, las novedades que voceaba el pregonero.
José Antonio
Pastor Pacheco, escritor y periodista
Roberto
García Herrera, cronista deportivo
Investigadores
y sinopsis